Hay algunas máquinas tragamonedas sobre las que podríamos escribir un libro, pero este no es uno de ellos. Dado que los controles son tan complicados como un limpiaparabrisas, o el hecho de que la animación flash podría haber sido programada por un mono con una máquina de escribir, el nombre de esta ranura puede considerarse algo engañoso. No espere fuegos artificiales en estas máquinas tragamonedas, a excepción de la gigantesca imagen que se encuentra en la esquina de la pantalla, que lo molesta con cada giro fallido de los carretes. A pesar de sus defectos, este juego se adapta perfectamente al jugador casual que está feliz de automatizar los giros mientras se aventura para hacer una taza de café.